“nos han sometido mas por la ignorancia,
que por la fuerza de las armas”
(Simón
Bolívar)
La campaña
de Boyacá, marcó un hito en la guerra que los pueblos de las colonias americanas
libraron contra el poder colonialista español, pero sería
un grave error considerarla como un hecho aislado de la agitación que
caracterizaba la vida de los pobladores del continente en este periodo
histórico.
Mientras.
Europa se estremecía por la confrontación entre las monarquías feudales y la
burguesía que se sentía madura para asumir la dirección de la sociedad y
construir un nuevo modo de producción que sepultaría definitivamente al
feudalismo, las sociedades de la América Indiana soportaban la violenta
explotación de un régimen colonialista incapaz de satisfacer las necesidades
sociales, cuya metrópoli soportaba el peso de las contradicciones que llevaron
al cambio de la sociedad europea su agonía en las riquezas que extraía de este
lado del océano.
Así las
cosas debemos: entender la conmemoración bicentenaria antes que como una
evocación nostálgica de las glorias pasadas, como la posibilidad de recuperar
nuestra memoria histórica. Entender nuestro pasado y aprovechar las lecciones
dejadas para avanzar en la construcción de nuestra sociedad. El pasado no está
desligado del presente histórico.
En alguna
época se nos enseñó que la independencia de nuestros pueblos frente a España
fue el producto de una rápida y audaz campaña, iniciada en Tame y finalizada en
Boyacá en término de pocos días, y que las batallas de Pantano de Vargas y el
Puente de Boyacá eran los únicos combates dignos de recordación, y que en
Boyacá finalizo la guerra de independencia en territorio de la Nueva Granada.
Finalmente ha desaparecido de las aulas la cátedra de historia y ya ni esto se
nos enseña, se ha formado una generación de colombianos sin conocimiento de su
pasado histórico.
Pero no solo
afrontamos esta deficiencia, sino que se evidencia una consciente campaña orientada
desde altos representantes de un sector de la sociedad a negar hechos
históricos que han marcado el trasegar de nuestro pueblo en diversas épocas de
su existencia, desde las declaraciones de la senadora María Fernanda Cabal, que
un día grita “estudien vagos” y simultáneamente afirma que la Masacre de las
Bananeras fue una ficción literaria de García Márquez, tratando de borrar un
hecho real y convencernos que este suceso no forma parte del pasado de nuestra
sociedad. O las declaraciones del presidente Duque agradeciendo a los padres
fundadores de los Estados Unidos su acción por nuestra independencia.
Algunos
sectores respondieron achacando estas afirmaciones a ignorancia por parte de
estos personeros del sector más reaccionario de nuestra sociedad, pero una
rápida mirada a las orientaciones sobre Seguridad Nacional del gobierno de los
Estados Unidos, nos llevan a recordar que el documento Santa Fe IV, califica
como uno de sus enemigos a enfrentar es
el creciente “bolivarismo” que ya por la época en que fue redactado, hace
presencia fuerte en algunos gobiernos latinoamericanos, y que de acuerdo a su
visión representa un peligro para su necesidad de‘’… que los recursos naturales
del hemisferio estén disponibles para responder a nuestras prioridades
nacionales” y da la casualidad que las declaraciones de Duque y Cabal, se
acogen plenamente a la doctrina norteamericana de Seguridad Nacional.
Pero, no son
aisladas estas declaraciones del esfuerzo de este mismo sector que durante más
de veinte años ha tratado de negar la existencia del conflicto social y armado
en nuestro país, realidad que nos golpea a diario, pero que desaparece en
virtud de un discurso que hoy tiene uno de sus personeros en el actual director
del Centro Nacional de Memoria, cuya voz se una a viejas afirmaciones del la
ultra derecha colombiana.
No podemos
olvidar que, la lucha por la independencia tiene sus raíces en la resistencia
indígena frente a la conquista española, en la lucha de los negros
esclavizados, por recuperar su libertad, la lucha por los derechos de los
criollos por la igualdad de derechos y la rebeldía popular ante las
restricciones para el comercio y los impuestos con que la metrópoli financiaba
sus guerras en Europa, la independencia se da en un escenario de movilización
beligerante de las masas, reprimidas violentamente por las autoridades
realistas. Así como los españoles impusieron su gobierno a los indígenas
mediante la violencia que diezmó la población indígena, trataron los
movimientos de rebeldía y protesta de las poblaciones americanas provocando una
radicalización de sus protestas que llevo a la generalización de la guerra que
desemboco en la independencia frente a la corona española
Igualmente, es
necesario recoger la memoria de la lucha por la unidad latinoamericana, y de la
actitud de la naciente republica de los Estados Unidos hacia los esfuerzos
realizados en la América Hispana, y la particular importancia en un momento
como el actual ante la lucha por establecer un territorio de paz en América
Latina y el Caribe.
Las
lecciones del pasado nos aportan experiencias para continuar en el proceso de
construcción de Nuestra América libre, soberana y en paz, tal como la propone
el pensamiento del libertador Simón Bolívar presente en sus ingentes esfuerzos
por consolidar la independencia de las cinco republicas bolivarianas, pero también
en su esfuerzo por construir una republica que uniera a todo el territorio del
subcontinente y que alcanzó su expresión más brillante en el esfuerzo por hacer
realidad el Congreso Anfictiónico,
Nos
proponemos, recoger desde esta página muchas de las investigaciones acerca de
los sucesos muchas veces ignorados del proceso independentista, que a pesar de
su importancia son ignorados por la historia oficial y difundir entre los
colombianos la realidad de una historia que forma la base de nuestra situación
actual como país.
Invitamos a
todos los lectores a aportar en la recuperación de nuestra memoria como fuente
de saberes que nos permiten entender nuestro presente y actuar de cara a
nuestro futuro
JOSE RIVERA
Comisión Bicentenario
Fuerza Alternativa Revolucionaria del
Común