Con alegría y profunda satisfacción por los resultados en los
comicios electorales en la República Bolivariana de Venezuela, en donde
nuevamente ha triunfado la paz y la soberanía, queremos sumarnos a la
conmemoración de los cinco años del Acuerdo de Paz en Colombia a celebrar este
24 de noviembre, porque Colombia también tiene derecho a que su ciudadanía
ejerza la democracia profunda y para eso es indispensable la eliminación del
uso de la violencia en política.
El comandante Chávez quien amaba a Colombia y sabía como buen
bolivariano que el futuro de las dos naciones se encuentra indisolublemente
unido, comprendió que el conflicto colombiano era terrible, constatado por los
más de 8 millones de víctimas que generó y, porque era irresoluble por la vía
armada; por eso lo acompañó, puso el territorio venezolano en función de que
llegara a buen término y monitoreó personalmente hasta que tuvo fuerza, el
proceso de Paz de la Habana.
También el presidente Nicolás Maduro estuvo en la heróica
Cuba en la tarea de ayudar a tejer ese entramado de la paz, que llegó a su
primera refrendación cuando se plantearon soluciones para las causas que habían
generado el conflicto y que se remontaban más allá de los años 30s, tal vez
comenzando la historia republicana del hermano país. Entre dichas causas podemos
señalar: la concentración desproporcionada de la tierra; el uso de la violencia
para generar consenso, control social y mantener el poder político.
Además del otorgamiento de la tierra para el campesinado y el
silencio de los fusiles, el acuerdo, propone mecanismos para garantizar la
participación en política, solucionar el problema de los cultivos de uso
ilícito y reparar los derechos de las víctimas, para lo cual se planteó un
“sistema de la verdad” de lo acaecido en el curso del conflicto. Mucho es lo
que se tiene que saber de lo que hizo el ejército, los medios de comunicación y
la clase dirigente contra la gente del común de Colombia.
Nos sumamos con vehemencia al multitudinario coro que exige
la implementación del Acuerdo de Paz por parte de ese gobierno anodino,
para que cesen los crímenes de ambientalistas, firmantes de paz, líderes y
lideresas; para que cese la represión de la protesta social, la desaparición de
jóvenes pobres -que ahora son el nuevo enemigo interno-, la estigmatización, la
xenofobia y el ataque a nuestra soberanía nacional con la excusa del
surgimiento de nuevos grupos armados.
Para que se avance hacia la solución de los problemas estructurales
que condujeron a la guerra, que no es ningún destino inexorable, sino el jugoso
negocio de quienes usurparon la propiedad sobre la tierra, mantienen el control
político en los territorios con la conformación de grupos armados y se sirven
de la corrupción y el caos para mantener sus privilegios; los mismos que
vociferan contra nuestra revolución y apoyan a los sectores antidemocráticos de
la oposición venezolana.
Pronto en Colombia se realizarán elecciones parlamentarias y
presidenciales, importante es el desafío que enfrenta ese pueblo valiente, para
ganar una dirección política comprometida con la implementación del acuerdo
paz, la democracia y la justicia social y que respete la soberanía de Venezuela
para seguir avanzando en el restablecimiento de las relaciones entre nuestros
dos países.
Solamente
bajo la luz incandescente de la unidad, ¡venceremos!
La
Comisión está integrada por: Grupo Castillete (Célula Andrés y Ramón Pasquier)
Consejo Político Local en Venezuela Partido COMUNES, Escuela de Defensa
Integral Eliézer Otaiza, Red de Historia, Memoria y Patrimonio, Periódico
Querella de la Corriente Social, Sociedad Bolivariana - Capítulo Caracas, Casa
Nacional de las Letras Andrés Bello.