“Venezuela es imprescindible para el proceso de paz colombiano” - CBBOM

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01 agosto 2019

“Venezuela es imprescindible para el proceso de paz colombiano”


Según Rodrigo Granda, tenemos una causa común

1 de agosto de 2019, Caracas, ¿Cómo será contar la historia de la construcción de la paz en Colombia? Debe tratarse de una infinidad de presentes perfectos plasmados en un instante. Algo así como construir un reloj de agua y hacer que el océano pase a cuentagotas por la cintura del tiempo.

Como ejercicio de este recuento, en el marco del XXV Foro de Sao Paulo celebrado en Caracas, el pasado domingo Rodrigo Granda, miembro de la Dirección de las Fuerzas Alternativas Revolucionarias del Común (FARC), sostuvo un fraterno encuentro con personas que han apoyado activamente el proceso de paz colombiano. La historia de los pueblos no se resuelve en solución de continuidad. Se semeja más bien a estar tejiendo y destejiendo un sebucán. Como cintas coloridas la gente y los hechos se entrecruzan unas veces estrechando el lazo, otras danzando en solitario dando vueltas sobre sí misma y otras, alejándose.

En la tarde dominical, los recuerdos de Granda se remontan a más de quince años atrás: “Todo este proceso de paz hubiese sido imposible sin el apoyo de Hugo Chávez. El inicio de las conversaciones entre el gobierno colombiano y las FARC se hizo en absoluto secreto. Sólo unas pocas personas lo sabíamos para evitar que se filtrara información que diera al traste con el esfuerzo”.

Ningún acuerdo surge espontáneamente hay que negociarlo en cada detalle. Sigue narrando Granda: “Para el primer encuentro no había cese al fuego. El gobierno colombiano dijo que ellos no podían garantizar las condiciones y les respondimos que nosotros sí. Se escogió un campamento de las FARC cerca de la frontera venezolana. El gobierno colombiano tuvo que pedir apoyo al entonces Presidente Chávez para poder entrar a través de territorio venezolano. Entonces fue cuando Santos declaró que Chávez era su Nuevo Mejor Amigo”.

Luego en el año 2012 se instaló la Mesa de Negociación en La Habana. “Hubo la escogencia de países garantes y países acompañantes. Nosotros queríamos a Venezuela como garante y como cede porque soñábamos una negociación con la participación masiva de nuestra gente. Esa solicitud fue rechazada. El diálogo se radicó en La Habana. Fue un tiempo difícil sin comunicación fluida con la Alta Montaña pero sin traiciones ni vendernos al enemigo. Sabíamos que la Mesa de La Habana era para parar la guerra. Varias veces el gobierno colombiano, con su arrogancia característica, abandonó la Mesa de Diálogo y otras tantas le hicimos regresar. Finalmente se llegó a los Acuerdos de paz donde resaltan entre sus puntos el establecimiento de la Justicia Especial para la Paz; las reivindicaciones en materia de género y la constitución de la Comisión para la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición”.  

“Ésto no pudo haber pasado, pero sí pasó”

Con preocupación Granda señala la irresponsabilidad de sectores de la oposición venezolana que invocan la guerra como solución a la polarización política. “La guerra es algo muy malo. En una perspectiva del realismo mágico, por ejemplo, si se lee con mucho cuidado y buena lupa Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, podemos leer la historia del conflicto armado colombiano y uno se dice: ésto no pudo haber pasado, pero sí pasó. 

Hubo terrorismo de Estado, asesinatos, paramilitarismo; el gobierno colombiano envileció a la gente con aguardiente y drogas. También el fascismo se evidenció: ¿para qué tener una Constitución, para qué tener Códigos si podemos llegar a consensos entre unos pocos? El mensaje del Uribismo es ‘yo defiendo la familia, yo defiendo la religión. Por allí anda el Mal’. Y el Mal éramos las FARC, el socialismo”.
“Nosotros también nos equivocamos. Nos toca reconocer los errores cometidos y pedir perdón. Bombardeos y asesinatos de gente no combatiente. ¿Cómo sanar las heridas? Recientemente me crucé con una ancianita y un anciano; nos saludamos y conversamos. Ya para despedirnos, él me pidió poner su mano en mi pecho. Al sentir el palpitar bajo mi camisa exclamó: ‘¡Ah, pero ustedes también tienen corazón!”.

“Venezuela se curó de espantos”

Venezuela siempre le ha tendido la mano al pueblo colombiano. Esa idea es recursiva en el verbo del combatiente. También la admiración por la resistencia demostrada por los venezolanos y venezolanas. “El objetivo de toda guerra es someter la voluntad del vencido. Frente a la agresión internacional, Venezuela no se ha doblegado. Venezuela se curó de espantos.  

Les tocó vivir épocas de bonanza económica y poder mundial. Hoy viven con igual dignidad pese a las dificultades, que son innegables pero que no son como se pintan fuera de sus fronteras. En Colombia como en el resto del mundo, la propaganda contra Venezuela es tenaz. Y yo les digo, si esta revolución es derrotada, son cientos de años de lucha lo que nos espera. Ustedes tienen que garantizar que esta revolución no vaya a desfallecer.

Granda concluye el encuentro con una frase lapidaria: “No queremos para Venezuela lo que a nosotros y nosotras nos ha tocado vivir”.

Publicado en Vea